Podemos decir que leer nos hace partícipes de la sociedad del conocimiento. Implica un modo de participación en la cultura letrada y abre caminos a la apropiación de la palabra.
Leer es un derecho innegable y somos nosotros - docentes y bibliotecarios, en tanto mediadores de cultura - los que tenemos la responsabilidad y a la vez el privilegio de generar espacios y oportunidades que habiliten el acceso a toda la diversidad de portadores de lectura. En este contexto, la Biblioteca - centro predilecto de lectura, eje de información, de conocimiento y de acciones culturales - tiene un papel fundamental.
Leer es un derecho innegable y somos nosotros - docentes y bibliotecarios, en tanto mediadores de cultura - los que tenemos la responsabilidad y a la vez el privilegio de generar espacios y oportunidades que habiliten el acceso a toda la diversidad de portadores de lectura. En este contexto, la Biblioteca - centro predilecto de lectura, eje de información, de conocimiento y de acciones culturales - tiene un papel fundamental.
“La palabra – nos dice Graciela Montes (escritora y traductora argentina) – hablada o escrita, posibilita transformar realidades, despertar el sentido crítico, la participación ciudadana, la capacidad de decisión.
En las escuelas, la Biblioteca puede constituirse en un escenario donde la palabra circule libre y diversa en la voz de los textos y sus autores; en la voz de los lectores que comparten múltiples lecturas, sus impresiones y construcciones de sentido; en la voz del mediador, un lector que enriquece repertorios y está abierto a la escucha". (2000)
Desde esta convicción nos afirmamos en la necesidad de continuar incorporando plenamente a la Biblioteca en la gestión institucional y de conformarla no solo como un espacio de recursos y materiales, sino, primordialmente, como un lugar donde se disfrutan lecturas, se construyen aprendizajes y se participa en acciones de extensión cultural.-